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DETENTE Y PIENSA

Cuando la ley cambia... ¿cambian mis derechos?


En mayo de 1960, en Argentina, fue arrestado por los agentes del servicio de seguridad israelí, Adolf Eichmann, un oficial de alto rango en el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. El militar fue trasladado a Jerusalén donde se efectuó el juicio. Los cargos contra él fueron numerosos. Había sido uno de los mayores organizadores y responsable directo de la “solución final”, un plan concebido para el exterminio del pueblo judío que incluyó el asesinato en cámaras de gas, fusilamientos, deportaciones a campos de concentración y los consecuentes actos de terror, enfermedades e inanición, que causaron la muerte de alrededor de seis millones de judíos. Además, fue acusado por ser miembro de organizaciones criminales que ya habían sido declaradas tales en 1946 en el veredicto del juicio de Nüremberg. La sentencia, dictada el 15 de diciembre de 1961, lo condenó a morir en la horca por crímenes contra toda la Humanidad, no solo contra el pueblo judío.

En el juicio, Eichmann dejó algunos testimonios del porqué de su participación en el Holocausto: “No perseguí a los judíos con avidez ni placer. Fue el Gobierno quien lo hizo. La persecución, por otra parte, solo podía decidirla un Gobierno, pero en ningún caso yo. Acuso a los gobernantes de haber abusado de mi obediencia. En aquella época era exigida la obediencia, tal como lo fue más tarde la de los subalternos.” Leer más.


¿Se puede matar a seis millones de personas bajo la excusa de “obediencia a unas órdenes superiores”? ¿las leyes civiles son ya un criterio de moral? ¿Son las leyes positivas el camino que lleva al ser humano a su plenitud…? ¿hasta dónde podemos… DEBEMOS… seguirlas?


¿Cómo es posible que lo anteriormente considerado “homicidio” hoy pueda ser un derecho? ¿puede convertirse un acto intrínsecamente malo como el dar muerte a otros -aborto, eutanasia…- en una opción válida – y por tanto eximida de toda responsabilidad- solo porque una ley lo permite? ¿vamos a consentir que se repita el mismo holocausto bajo otros nombres y quedarnos tan tranquilos porque la ley lo ampara?


¿Podemos legitimar acciones que van contra la ley natural solo porque una ley positiva y una autoridad las avala? ¿se nos puede obligar? ¿debemos obedecer?... adónde vamos…? Quo vadis…?

Naciones Unidas, Derechos Humanos, Oficina del Alto Comisionado, Serie de Información sobre Derechos Sexuales y Reproductivos: https://www.ohchr.org/documents/issues/women/wrgs/sexualhealth/info_abortion_web_sp.pdf

“… Nosotros hemos logrado que su lenguaje sea confuso y borroso. Un soborno en la profesión de otra persona es una propina o un regalo en la suya. La primera tarea de sus tentadores consistía en convertir mediante repeticiones continuas la elección del camino del infierno en un hábito. Pero luego (y esto era lo verdaderamente importante) fue preciso transformar el hábito en un principio que la criatura estuviera dispuesta a defender. Después de esto todo iría bien. La conformidad con el entorno social, meramente mecánica e instintiva al principio —¿cómo podría no conformarse una gelatina?—, se torna un credo no reconocido o un ideal de solidaridad, de ser como los demás…” C.S. Lewis, El diablo propone un brindis


CONCIENCIA Y VERDAD, S.S. Benedicto XVI: “En el actual debate sobre la naturaleza propia de la moralidad y sobre las modalidades de su conocimiento, la cuestión de la conciencia se ha convertido en el punto crucial de la discusión, sobre todo en el ámbito de la teología moral católica. El debate gira en torno a los conceptos de libertad y de norma, de autonomía y de heteronomía, de autodeterminación y de determinación desde el exterior mediante la autoridad…

“¡Stop and think!” “¡Detente y piensa!”



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